Algodón
Tengo sueño. Y cómo soy una exagerada podría decir que tengo un sueño infinito. Pero no me duermo porque me siento algo incomoda. Los asientos son duros y te invitan a marcharte. Todo el tiempo. De hecho es lo primero que he pensado cuando nos han dicho “llevamos un retraso de dos horas”. “Vámonos a cenar”, ha pensado mi alma de gordita a pesar de no tener hambre. Pero es que hoy contigo yo estoy celebrando una fiesta y todo me parece maravilloso. Es la cosa más importante que tenía que hacer hoy. Desde que me he subido en tu coche, a oscuras y con las luces de la carretera, me siento más en casa que en ninguno de los sitios donde haya podido estar estos días. Hay un corazón relleno de algodón colgando de tu retrovisor y lo miro mucho mientras me vas explicando cómo te estás sintiendo y qué te está pasando. Me encantaría poder darte un abrazo, pero lo dejo para cuando lleguemos o cuando acabemos con lo que me parece la celebración de hoy. A pesar de los pesares, nos encontramos d...